miércoles, 26 de junio de 2019

RELATO #2: BAJOBRUMAS

  El rey Ludving IX le indicó con un dedo a lord Galénum, su más fiel consejero, que inclinara la cabeza para poderle susurrar directamente al oído.
―Ehem… ¿Y dices que son los mejores? ―le preguntó el monarca con un hilo de voz. Aunque aquellos tres tipos, que eran súbditos suyos, eran de la más baja catadura, sus presencias hostiles y desvergonzadas infundían un miedo primigenio a cualquier alma. “Su mirada arrogante roza la insolencia”, pensó el rey al fijar sus pupilas en las del tipo de la barba.
―Sí, alteza. Estos tres son los mejores cazadores de kändargs de todo el reino ―confirmó el consejero, también con un murmullo. Lo sé, no parecen muy… competentes. Pero Bill, mi contacto en bajobrumas, dice que son un equipo infalible. Que gracias a ellos la ciudad de Mugresanta se considera una de las más seguras para los plebeyos. Que los que viven allí no temen a esos monstruos cambiaformas, majestad.
La duda inundó el rostro del rey. Este apartó con desdén al cortesano y giró la cabeza para observar a su mujer, la reina Arthemia, que se sentaba en el trono anejo al suyo. Los ojos de la dama, azules como el cielo que sólo podían ver los nobles, estaban clavados en aquél trío de cazadores de monstruos. Su expresión rezumaba temor, y sus dedos se agarraban con fuerza a los reposabrazos de oro. “Tampoco le gustan un pelo”, dedujo Ludving a partir de la reacción de su amada.
¡Ei, tu! ¡El de la corona! gritó el jefe de la banda, Greg el Malnacido, para llamar la atención del rey. Su melena y sus ropas eran negras como el carbón, y su mandíbula prominente lucía una barba descuidada, de esas que solo están ahí por pereza. Carraspeó para liberar un moco de su garganta y luego añadió, señalando al rey con el dedo: ―¿Eres el que nos quiere contratar, no? A ver, vamos a por faena. Billy Seisdedos me ha largao que un kändarg ha traspasao la capa de niebla y ha subido hasta tu palacio. ¿Es eso cierto, mindundi? Porque si lo es tenéis un puto problema, y de los gordos.
―Sí que está aquí, capitán ―saltó el hombre bajito, calvo y con la nariz hinchada que no paraba de oler el ambiente del castillo―. Lo percibo, pero su olor se camufla entre otros.
―Dime quien es, Sabueso ―le pidió al rastreador la mujer pelirroja. Llevaba mas piel al descubierto que tapada con ropa, y jugaba a lanzar al aire y luego recoger un cuchillo oxidado―. Dime quien es, que le clavaré mi juguete entre ceja y ceja. ¡He!
―Tranquila, Delyria ―la cortó su capitán―. Deja que primero nos lo cuenten, coño.
El rey resopló, y tras evitar escandalizarse ante aquella falta de modales respondió la pregunta.
―Así es, un kändarg se ha colado en mi castillo. Nunca antes se había visto uno en sobrebrumas, por encima de la capa de niebla. Se supone que en bajobrumas tienen suficientes víctimas, y que la bruma que lo cubre todo les sirve para ocultarse. Pero esta mañana uno de esos bichos ha matado a un centinela. Y me temo que ahora se esconde entre estas paredes.
―¡Joder, menudo gozo esto de oler sin niebla que moleste! ―cortó al rey Sabueso―. Creo que ya puedo identificarlo mejor…
―Como decía ―siguió el monarca sin hacerle ni caso―, hemos registrado todo el palacio y no hemos encontrado al monstruo, y creemos que ha utilizado sus habilidades para camuflarse.
Sabueso inspiró una última vez, y luego le indicó con la mirada a su capitán quien de los presentes no era quien decía ser. Greg sonrió, y le dijo a su compañera de armas:
―Delyria, haz los honores.
El cuchillo oxidado voló y ¡chas!, se clavó en la frente del kändarg. Sus ojos azules, que no eran suyos, se tiñeron de negro. De la herida empezó a brotar una sangre azulada que manchó el traje de la reina. Los dedos del engendro se relajaron.
―¿Y cuanto dices que nos vas a pagar? ―le soltó Greg el Malnacido al rey. Pero este no le respondió, pues aún estaba digiriendo que el cadáver que veía no era el de su mujer.   

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miércoles, 19 de junio de 2019

Una magia más oscura, de Victoria E. Schwab


  Kell es más de lo que parece. Es un mago que vive en Londres. Pero no solo en el Londres que todos conocemos (o, como es conocido por los magos, el Londres Gris). Kell tiene un poder especial que le permite viajar entre las varias ciudades que existen el diferentes realidades: el aburrido y sin magia Londres Gris, el lleno de magia Londres Rojo, el decadente Londres Blanco y... Bien, se supone que existe un Londres Negro pero no hay muchos magos que hablen de él. Kell es, podríamos decir, lo que oficialmente se denomina un viajero Rojo, ya que nació en la ciudad donde abunda la fantasía y desde allí viaja a los demás Londres como embajador de Maresh. Además tiene el trabajo de hacer de cartero entre los nobles de las distintas realidades. 
  Pero Kell es mucho más de lo que de momento os he contado, porque resulta que por un módico precio está dispuesto a traer objetos de las otras realidades a sus clientes. Es su pequeño entretenimiento, por decirlo de alguna forma. Pero será un hobby que le va a dar muchos problemas. 
  Durante uno de sus viajes conoce a una ladrona, a quien se llevará a otra realidad (casi por obligación) en busca de aventuras. Pero Londres es una ciudad (mas bien cuatro, mejor dicho) con muchos secretos, y a veces las traiciones surgen de donde uno menos se lo espera.


  La primera parte de la trilogía Sombras de magia, titulada Una magia más oscura (A Darker Shade of Magic), la novela de fantasía urbana escrita por Vctoria E. Schwab, salió a la venta en nuestro país el pasado día 4 de junio de 2019. La editorial Minotauro anunció hace tiempo su publicación juntamente con la promesa de que publicará las otras dos novelas que conforman la trilogía (Concilio de Sombras y Conjuro de Luz). Está en formato tapa blanda, y consta de 442 páginas. Su precio de publicación es de 17,95 euros.